Hoy en día hay una avalancha de información relacionada con la alimentación y nutrición y, más aun, cuando hablamos de alimentación para pacientes oncológicos. Qué parte es verdad, qué creer, a qué atenernos es una gran incógnita. La alimentación es un campo muy amplio con multitud de opiniones y creencias en el que muchas veces es complicado saber algo a ciencia cierta o de forma demostrada.
Un elevado porcentaje de los tumores que se producen hoy en día tiene su base en una inadecuada alimentación, de forma que si es variada, equilibrada y saludable tendremos la mejor clave para mantener o recuperar el buen estado de salud.
Consideramos una alimentación completa aquella que incluye todos los grupos de nutrientes adecuados (hidratos de carbono, proteínas, grasas, vitaminas y minerales) en cantidades. El objetivo fundamental del tratamiento nutricional es mantener un peso saludable y ayudar a una pronta y mejor recuperación.
Existe multitud de alimentos a los que se les otorga propiedades beneficiosas, muchas de las cuales no han sido demostradas científicamente. Aquellos con eficacia demostrada, que nos pueden ayudar antes o durante el tratamiento oncológico y que no deben faltar en nuestra dieta son:
- 1. Crucíferas: el grupo de las coles, brécol, coliflor, nabos…está repleto de compuestos fitoquímicos que impiden el daño celular producido por las sustancias cancerígenas. Contienen nutrientes esenciales como vitaminas, ácido fólico y minerales. Para una mejor digestión se recomienda una cocción ligera.
- 2. Familia Allium: el ajo y la cebolla, entre otros, tienen propiedades anticancerígenas, antisépticas, antiinflamatorias y antihipertensivas. Son además un buen sustituto de la sal de mesa común, de la que no se debe abusar.
- 3. Carotenos: compuestos que favorecen la formación de la vitamina A y con poder antioxidante. Son ricos en carotenos las frutas y verduras de color rojo, anaranjado o amarillo intenso como el tomate, remolacha, zanahoria, pimiento, calabaza o papaya.
- 4. Verduras verdes: acelga, espinaca, lechuga, escarola, canónigos…son fuente de clorofila que les da su característico color. Ricas en fibra, vitaminas y minerales, deben consumirse preferiblemente en crudo para mantener todas sus propiedades.
- 5. Cítricos: ricos en vitamina C y antioxidantes, la naranja, mandarina, limón, pomelo, kiwi o piña pueden ayudarnos a combatir infecciones, absorber ciertos nutrientes o proteger los vasos sanguíneos. Mejor elegir la pieza de fruta entera, en lugar del zumo, para conservar nutrientes y aporte de fibra.
- 6. Frutos rojos: la familia de la fresa, frambuesa, granada, cereza, sandía, uva…posee, junto a los cítricos, gran poder antioxidante y anticancerígeno. Pese a que son frutas de temporada podemos utilizar su versión congelada para disfrutarlas todo el año.
- 7. Omega 3: consideradas grasas saludables, se trata de ácidos grasos poliinsaturados esenciales en nuestro organismo. Podemos encontrarlas en pescados azules como el atún, salmón, sardinas, boquerones, anchoas… Además de su efecto antiinflamatorio, es conocida su acción beneficiosa en la prevención de enfermedades cardiovasculares.
- 8. Especias: cúrcuma, jengibre, pimienta, clavo, menta, perejil… Presentes en multitud de recetas y buen sustituto de la sal común, las especias tienen propiedades antiinflamatorias, anticancerígenas y antimicrobianas.
- 9. Aceite de oliva: pilar de la alimentación mediterránea, presenta compuestos fenólicos con importante efecto protector frente a la actividad cancerígena y en enfermedad cardiovascular.
- 10. Otros alimentos destacados por sus propiedades beneficiosas son las setas y hongos (shiitake, enoki, champiñón), algas (nori, wakame, arame), té (especialmente el té verde), alimentos integrales (aquellos con elevado contenido de fibra por elaborarse con el grano completo) o lácteos como el yogur natural.
Incluir estos alimentos y hacerlos parte de nuestra alimentación habitual puede conllevar multitud de beneficios. Igual de importante es una alimentación completa y equilibrada como su adaptación para cada una de las fases del tratamiento del cáncer. En adición, recordar que para mantener un correcto estado nutricional es fundamental el seguimiento por personal sanitario especializado.