Todos sabemos que dos personas con el mismo peso pueden tener unas proporciones de composición corporal muy diferentes, pero ¿conocemos realmente de qué se compone nuestro cuerpo y qué factores nos afectan?
El cuerpo humano podemos dividirlo en dos grandes compartimentos:
- Masa libre de grasa: constituida por músculo, hueso, agua y masa visceral (conformada por los distintos órganos del cuerpo).
- Masa grasa o tejido adiposo: formada por las células grasas o adipocitos. En función de su localización podemos dividirlo en grasa subcutánea, la que está debajo de la piel, y en grasa visceral, la que recubre los órganos y, por tanto, la más problemática desde el punto de vista de la salud.
Normalmente pensamos en el tejido adiposo de forma negativa, pues es cierto que un exceso de grasa se relaciona con numerosas patologías, pero no debemos olvidar que tener niveles bajos de este tejido también puede tener efectos perjudiciales. Entre otros, es fundamental para el correcto funcionamiento hormonal. Del mismo modo, tener un déficit de masa muscular tiene consecuencias negativas como, por ejemplo, mayor riesgo de fracturas o susceptibilidad a infecciones. En concreto, la masa muscular es reflejo del estado nutricional de la proteína. Además, no debemos olvidar que podemos tener déficit de masa muscular tanto si tenemos bajo peso como obesidad.
Ahora bien, ¿por qué hay diferencias de composición corporal entre las personas? Hay diversos factores que afectan a la cantidad y porcentaje de estos componentes, algunos no modificables como la edad, el sexo o la genética y otros modificables como el ejercicio físico y la alimentación. Por tanto, debemos incidir en estos últimos para tener una composición corporal adecuada, y, en definitiva, favorecer nuestra salud.
Cabe destacar las diferencias existentes en la proporción y distribución de los tejidos según sexo:
- Hombres: tienen mayor proporción de tejido muscular y menor de grasa (12-20% del peso total). El tejido adiposo se distribuye principalmente en abdomen y espalda, lo que se conoce como patrón masculino o tipo androide (con forma de manzana).
- Mujeres: tienen menor proporción de tejido muscular y mayor de grasa (20-30%), en comparación con los hombres. La grasa se deposita habitualmente en caderas, muslos y glúteos, característico del patrón femenino o tipo ginoide (con forma de pera). No obstante, los cambios hormonales en las mujeres hacen que varíe la proporción y la distribución de la masa grasa a lo largo de la vida, siendo frecuente la acumulación tipo androide o de manzana durante la menopausia.
Lo que está claro es que, con la edad, el sexo y la genética poco podemos hacer, pero nos queda un factor fundamental sobre el que sí podemos actuar: el estilo de vida. En definitiva, llevar a cabo hábitos de vida saludables, incluyendo ejercicio físico regular, sin olvidarlos del ejercicio de fuerza, y una buena alimentación, favorecerán en gran medida que tengamos una composición corporal saludable.