Vivimos en una sociedad cada vez más concienciada con el cuidado del medio ambiente. En este sentido se abre paso un nuevo mundo en nuestro día a día, el de los denominados productos ecológicos o bio, que son cada vez más frecuentes en los supermercados. Sin embargo, ¿sabemos exactamente qué son los productos ecológicos o bio? ¿Conocemos los requisitos que deben de cumplir para considerarse como tal?
Ambos coinciden en que provienen de un sistema de producción respetuoso con el medio ambiente, fomentan la biodiversidad, la preservación de recursos naturales y el bienestar animal. Estos factores comunes hacen que organismo y administraciones internacionales engloben los dos conceptos bajo el término “ecológico” en términos de producción y etiquetado, sin hacer distinciones y regulados por los mismos reglamentos mediante controles estrictos.
¿En qué se diferencia un producto ecológico de otro de producción convencional?
- En su producción no está permitido el uso de pesticidas o fertilizantes sintéticos, solo se permite una pequeña lista de pesticidas y fertilizantes naturales.
- Los agricultores deben usar alimentos ecológicos que no contengan sustancias que promuevan artificialmente el crecimiento.
- Han sido cultivados respetando los ciclos propios de la naturaleza sin manipulación genética, al contrario de lo que ocurre en los organismos genéticamente modificados, también denominados erróneamente “transgénicos”. Se trata de organismos (en este caso alimentos) cuyo material genético ha sido alterado usando técnicas de ingeniería genética para mejorar sus características (color, forma, composición, etc)
- Al menos el 95% de los ingredientes de un producto deben cumplir con los estándares de ser biológico.
- El productor de alimentos debe estar certificado por la agencia nacional que está a cargo del proceso de auditoría y certificación.
Todas estas características suponen una serie de ventajas especialmente a nivel medioambiental:
- Reducen la contaminación, conservan el agua, reducen la erosión y aumentan la fertilidad del suelo, y usan menos energía. La agricultura sin pesticidas también es mejor para las aves y animales cercanos, así como para las personas que viven cerca de las granjas.
- Cuidan de los animales al ser utilizados como su alimento. En este sentido, ayudan a que el ganado no reciba antibióticos, hormonas de crecimiento u otros productos derivados en su alimentación.
- Evita la presencia de residuos de productos químicos como fungicidas, herbicidas e insecticidas en los alimentos.
- Promueven un desarrollo sostenible.
¿Cómo saber si los productos que consumes son ecológicos?
La clave está en su etiquetado. Existen varios sellos que certifican si un producto es de procedencia ecológica, entre los que destaca el EU Organic Bio Logo o la “eurohoja”, un logotipo rectangular compuesto por una espiga de estrellas sobre fondo verde.
Cabe recordar que estos términos solo hablan sobre cómo han sido tratados los ingredientes durante su producción, pero no sobre su composición nutricional del producto final.
Por lo tanto, aunque es una buena idea apostar por productos con este etiquetado, no debemos olvidar la importancia de leer siempre la lista de ingredientes, ya que puede haber productos ecológicos altos en azúcar, sal, etc., y no podemos presuponer que son buenos para nosotros (sobre todo si tenemos alguna patología previa) sin tener en cuenta esos aspectos.